| 1 cuota de $23.400,00 sin interés | CFT: 0,00% | TEA: 0,00% | Total $23.400,00 |
| 1 cuota de $23.400,00 sin interés | CFT: 0,00% | TEA: 0,00% | Total $23.400,00 |
| 2 cuotas de $14.206,14 | Total $28.412,28 | |
| 3 cuotas de $9.843,60 | Total $29.530,80 | |
| 6 cuotas de $5.571,54 | Total $33.429,24 | |
| 9 cuotas de $4.069,26 | Total $36.623,34 | |
| 24 cuotas de $2.555,86 | Total $61.340,76 |
| 3 cuotas de $10.074,48 | Total $30.223,44 | |
| 6 cuotas de $5.530,59 | Total $33.183,54 | |
| 9 cuotas de $4.138,42 | Total $37.245,78 |
| 3 cuotas de $10.107,24 | Total $30.321,72 | |
| 6 cuotas de $5.877,69 | Total $35.266,14 |
| 12 cuotas de $3.389,29 | Total $40.671,54 |
| 18 cuotas de $2.805,40 | Total $50.497,20 |
“Ante el nuevo cuadro, edad y canas no entran en sus preocupaciones. Reniega de profundizar, asume buena salud y dinero suficiente, sólo para enfrentar un tironeo entre una angustia paralizante que lo adormece y el decidirse por alguna acción. Pero ¿cuál?, se pregunta”.
Santiago Bondel nació en Dundee, Escocia. El Destino, que sabe dónde hay que jugar la vida, se afanó, y —en un ardid que ya había ensayado con Musters— lo trajo a la Patagonia. Aquí descubrió su condición de peregrino, de pasajero ambulante en busca de testimonios de los habitantes que en su diversidad ofrecen muchos colores y varios matices.
Geógrafo conocedor de la Lengua de Señas del paisaje, lo recorre con la preocupación del respeto y la fuerza del disfrute. Tanto espacio soltero, tanta potencia de mar y montaña aprieta en palabras para permitirnos saberlos.
Sus cuentos arrebatan historias de lugares escondidos y personas que al contar cumplen al fin un sueño encubierto: ser personajes.
Algo real y sencillo cobra vida al leerlo. Eso no escatima oscuridades, que bailan en el mismo cielo y suelo abiertos con la violencia de la injusticia.
Lo mejor que se puede hacer es amigarse en su lectura, con Doña Emma, señora de su lugar; Beto, el inquieto desafiador; Jorge, un melancólico perdedor y algún heterónimo fugitivo que no quiso perderse el festín.
Agustina Rodríguez
